El secreto de un buen pebre chileno y sus variaciones modernas
- Novoandina
- 19 ago
- 1 Min. de lectura
En Chile, pocas preparaciones despiertan tanto cariño y orgullo como el pebre. Es ese infaltable acompañamiento
que da vida a un asado, potencia el sabor de una empanada y transforma un simple trozo de pan en un bocado lleno de identidad.
El secreto de un buen pebre está en la frescura de sus ingredientes: tomates maduros, cebolla o cebollín picado fino, ají, ajo, cilantro fresco, jugo de limón y un buen toque de aceite. Cada familia tiene su versión y su manera de equilibrar los sabores entre la acidez, el picor y la intensidad aromática.
Variaciones modernas del pebre
La cocina actual ha llevado este clásico más allá, reinterpretándolo con creatividad:
Pebre de palta: cremoso y fresco, perfecto para untar.
Pebre de merkén: con un toque ahumado que resalta los sabores chilenos.
Pebre de cochayuyo: una alternativa marina, nutritiva y sustentable.
Pebre de frutos secos: combinación crocante y sorprendente, ideal para acompañar quesos o tablas.
Estas variaciones permiten mantener viva la tradición, al mismo tiempo que se adapta a nuevas tendencias gastronómicas y a paladares más diversos.
En Novoandina creemos que el pebre es más que un acompañamiento: es identidad culinaria chilena en su máxima expresión. Y por eso lo incluimos en nuestra Carta Dieciochera, con la misma frescura y cariño de siempre.
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